
Esta paquete festivo de 10 Anipoemas amplía el alcance del talento de Uribe para imbuir letras con carácter, esta vez ocupando diferentes roles en un circo. Configurados como una secuencia que comienza y termina (solo sigue los enlaces) con un gran desfile, estos poemas convierten el alfabeto en malabaristas, trapecistas, equilibristas, payasos, animales y más. ¿Quién más se habría divertido tanto con la idea de que la única diferencia entre un 1 y un yo era un punto diacrítico?
Leer la poesía animada de Ana María Uribe y ver cuánto pudo hacer con la letra y herramientas de animación relativamente simples, da crédito a esta audaz proclamación de Philippe Bootz: “Es probable que la reciente intrusión de la animación en las artes instigue una época tan fecunda como la de Gutenberg.” Ver lo que Uribe logró en solo unos pocos años de experimentación con medios digitales me hace creer.
Traducido por Reina Santiago