
Como un poema sonoro y visual en la tradición Lettriste, Nio consiste en un conjunto de glifos hechos de letras apiladas, cada una de las cuales reproduce su propia frase musical -una grabación de la voz de Andrews- y su propia animación. El versículo uno permite a los lectores copiar los sonidos y la animación, mientras que el versículo dos permite la superposición de capas y la secuencia.